Cuando te despiertas, hormonas como el cortisol y la serotonina se liberan en respuesta a la exposición a la luz, particularmente al amanecer. Esta luz señala alerta al cerebro. Por esta razón, usar gafas de sol durante el día puede interrumpir este proceso.

A medida que cae la noche y se establece la oscuridad, se libera la melatonina, a menudo llamada la “hormona del sueño”. La oscuridad desencadena este proceso, haciéndonos sentir somnolientos. Sin embargo, la exposición a luces artificiales brillantes por la noche—de fuentes como teléfonos inteligentes, televisores, luces LED o incluso farolas—puede inhibir la producción de melatonina y, en cambio, enviar señales al cerebro para mantenerse despierto.

Como resultado, el inicio del sueño profundo se retrasa y la calidad del sueño en general se ve afectada.

Nuestras gafas están diseñadas para bloquear la luz azul disruptiva y transformarla en una luz amarilla más suave y cálida, ayudando a mantener el proceso natural de la melatonina y proteger tu sueño.